martes, 10 de febrero de 2015

Luna sin pianista

A veces vivo en el pasado y me acuerdo de ti, de lo que fueron nuestros momentos, nuestras alegorías y nuestras desgracias. A veces, solo a veces, pienso en lo que fuimos y en lo que ya no somos. Las teclas de mi piano se han llenado de polvo por tu ausencia. Ya nadie lo ha vuelto a tocar desde que tú no estás. Unas teclas especialmente preparadas para tus dedos. Recuerdo cuando versionabas grandes temas del rock con el piano, recuerdo también que a mí me gustaba oírte. Me despertabas cada mañana con ese Claro de luna con el que me incitabas a soñar. Entonces soñaba contigo, te soñaba a ti como pescador. Como ese pescador que vivía en la luna. Y en cada uno de mis sueños aparecías tú, vigilando desde lo alto que todo estuviera en orden, que no se convirtieran en pesadillas. Pero ya no vivo en el pasado. Mis sueños ya no tienen lunas ni pescadores. Te has caído de la luna en la que estabas y ahora vagas por la tierra fría y lúgubre. En la habitación vacía de mi recuerdo tan solo queda un piano, pero ya no hay pianista.