lunes, 10 de febrero de 2014

Teoría de la vida.

La vida es un ocho tumbado hacia este lado y el siguiente. Y nos preguntamos si hay vida más allá. Y nos preguntamos si acaso esas pequeñas luces que tiritan en el cielo son, quizá, destellos de distintos lugares del planeta. Jorge Luis vería espejos milenarios, cuyas líneas perpendiculares cruzarían lo que vemos con lo que dejamos de ver. Son no-vidas paralelas, casi instantáneas. Y si pensáramos, que por un segundo, todos los planetas de nuestra constelación estarían cubiertos de células, solo entonces, dejaríamos de ser los únicos náufragos del Universo. Por ello olvidaremos que no estamos solos, sin tener que caer del tiempo. Entonces, crearíamos una teoría de la vida sobrenatural, una teoría científico-literaria: Todos los individuos de un mismo planeta están condenados a cuestionarse su existencia y la de los demás atendiendo a una etapa concreta del ocho recaído. La Tierra jamás sabrá que es uno de los últimos planetas donde ha habido vida. Ni que Dios decide la posición por orden alfabético, pues es un dios letrado... Pero todo esto es un secreto. Solo quedan dos planetas para empezar la recomposición. Urano es el siguiente, ahí no se vive nada mal. Tienen azules praderas y árboles con frutas de ramas. Todo es diferente. El cielo es siempre nocturno, donde se pueden ver las almas del antiguo planeta. En Urano podemos ver a Thomas Mann, a Ernesto Sábato, a Miguel de Cervantes, a Haruki Murakami, a Andy Warhol, a Benny Goodman, a Salvador Dalí, a Homero, a Shakespeare, a Jorge Luis Borges. Y es que Borges era el único ciego que conocía la única verdad del ocho dormido hacia ambos lados: la teoría de la vida misteriosa.
 
 

1 comentario:

  1. ¡Urano! Curiosa alegoría de la astrología esotérica... Urano es distribuidor de energías y corresponde a la circulación sanguínea: ¡Casi nada!

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