sábado, 8 de febrero de 2014

La gravedad del amor.

Me incorporé de la cama de matrimonio. Tambaleando mi cuerpo, me vino a la mente un concepto: gravedad. ¿Cómo definir la gravedad? Equilibrio frente al todo, equilibrio frente a la nada. Ambos son dos conceptos universales. Calificar la palabra todo sin utilizar el mismo concepto en su definición: la sombra de la nada. Y su pareja: la sombra del todo. Siempre he intentado imaginarme la nada, algo tan abstracto. Todo lo que nos rodea es el todo, lo contrario es la nada. Con los ojos abiertos ves el todo; si los cierras, ves la nada. Pero todo eso es fantasía. La nada cotidiana es lo que me atormenta. Día tras día me rodea el todo, aunque no me agrada. Una chispa de vida es capaz de cambiar el todo por la nada, convirtiendo lo concreto en abstracto, lo multicolor en bicolor, lo visible en invisible. Y una sinécdoque universal, como la gravedad, aquella fuerza que sobre todos los cuerpos ejerce la Tierra hacia su centro. Dicha atracción es selectiva, pues cada cuerpo tiende a afiliarse con el que le corresponde. Cada persona termina con quien la gravedad lo desee. El amor, esa palabra que te atrae como la gravedad. La gravedad y la gravedad del amor. Dos conceptos esparcidos por el todo y por la nada. La realidad es como una reproducción de video VHS, una vez pulsado el PLAY, el único que puede darle al PAUSE... Y aquella ley que te aprisiona. Es ella la que enlaza tu extremo con tu recíproco para crear un puente resistente, pues un puente no se sostiene de un solo lado. Entonces, la gravedad del amor es la fuerza que sobre todos los cuerpos ejerce el amor hacia su centro. Ensayo sobre el amor: la gravedad, el todo, la nada y la gravedad del amor.
 
24 de septiembre de 2012.
 

2 comentarios:

  1. Es un buen razonamiento y no anda desencaminado de la idea que propone el libro que tantas veces te he comentado ('El arte de amar', de Erich Fromm), que sostiene que se ama desde el centro de uno mismo y que este centro conecta con el de otra persona. Creo que podría añadirse el adjetivo 'gravitatorio' a la palabra 'centro' y tanto Fromm como tú compartiríais una visión parecida.

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