jueves, 6 de febrero de 2014

En mi boca.

En mi boca una galleta sabe a la magdalena de Proust y a la rebanada de pan con Nocilla de Fernández Mallo. En mi boca solo hay sueños bañados en harina y chocolate. Todo es pasado, presente y futuro. En mi boca… Sonaba Sing, sing, sing de Benny Goodman. Una cafetería en blanco y negro de 1945. Polis corruptos, mujeres guapas y el humo del cigarro saliendo de su boca. Un escritor en la mesa del fondo escribía con papel y pluma una historia futurista donde la televisión se convertía en el centro de atención de la sociedad del momento. Los clásicos ya no se leían y el jazz había pasado de moda. Pura ciencia ficción. La mujer apagaba su último artefacto antes de abandonar el local. Mientras salía, su mirada se cruzaba con el ciego de escritura desarraigada. Hasta siempre, poeta, gritaban sus ojos. No volverían a verse, pero ese olor, esa melodía, siempre quedaría en su memoria. Aquella noche todo era música de negros en el local Harry’s. Aquí tienes unos dulces, invita la dama M, le decía Harry al escritor. Sería ella, pensaba. La mujer del cigarro. M: filosofía Moderna, Metaficción. Chocolate… todo era chocolate en mi boca.
 

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